domingo, 7 de mayo de 2017

Remisnicencia..E

He debido estar soñando, estaba en una de esas casonas de los tiempos virreynales en los Barrios Altos, me acercaba a una mesa con su largo mantel blanco y me esperaban un pancito francés como los de antes, con un sanguchito de camotito frito  y al ladito una taza de café bien calentito, miraba para todo lado, la mesa era inmensa, el comedor también empecé a llamar...mamá...mamá...pero no estaba...solo me senté a beberlo, a masticar, a saborear...con todos mis bellos recuerdos que se vistieron con colores de niño, en paredes de quincha y yeso.
Me olvidé del presente y pasó por mi mente una imagen coloreada en verde, en otra mesa, en otra casa, con otra tasa, a este cafecito lo acompañaba un pan con palta(aguacate) y su salcita a punto...era la casa de mi abuela...alguien lo sirvió...busque cerca y nada...en voz baja dije...Tila, Tila y nada...más fuerte...Chacha, Chacha...Tigre y tampoco...será que han salido o donde se habrán ido, me lo tomé antes que se enfríe, observando la inmensa ventana.
Pasando otro tiempo, ya en Chorrillos, el lonchecito...café, pan y sus aceitunas negras...la mesa servida...el café bien cargado como a él le gustaba, más la atención y la alegría con que te servía...entré a la cocina, a las habitaciones...papá!...papá!...pero tampoco él estaba. 
Volviendo un poco más al presente, me pregunté y encontré la respuesta, el por porque de ese afán de ir a los mercados antiguos a buscar la tasa de café con su pan con queso fresco, café con pan y su huevo frito o con el mismo camotito, es que para todos pienso...lo que se vivió en la infancia, lo que saboreaste, sigue siendo excelente y se guarda en la memoria hasta siempre, aunque ahora existan otros manjares, pero sin duda estos ya son diferentes.
El otro día acá, a mis tantos años, tenía hambre, instintivamente cogí pan, lo corte por la mitad y le puse un platano de seda entre sus tapas y claro me llené al toque...como antes...cuando el hambre se presentaba previo a que mamá sirviera la mesa, pero el tronar de la bodega te exigía algo y pronto...tu preguntabas...mamá cuanto falta?, tengo hambre...ella misma te decía coge, parte un pan y ponle un platano de seda o de la isla(acá no hay) hasta que esté la comida...se que tu como yo, disfrutas de tus sueños o tus buenos recuerdos, pero imaginarte por estos lares que encontrarás un plátano de la isla esperándote...esto ya no sería sueño...sería una angustia o un martirio...no los veras salvo que los traigas o te lo envíen.
Añoraba y degustaba imaginariamente, un pan con relleno y su camote frito en medio, más su tazota de café hirviendo...luego otro pan con su pejerrey arrebozado, allí atento mirandote recién salidito el pescadito frito de la sartén...acá no existe el clásico relleno de allá, mucho menos nuestro pejerrey y olvídate del queso fresco...existen productos similares, que tu quieres darle el swin, el toque del sabor...pero...se acercan un poco namá.
Luego ya en el viejo Chorrillos, llegaba la tarde, a la hora del lonchecito, un pan con su lornita frita, fresquita, crocante, más su ensalada criolla, porsupuesto la insustituible taza de café al lado, ya no ya...acá hay mucha lorna, pero no de mar, las ves andando por las calles..ji ji es una broma...pero la lornita, su cabinzita, su cabrillita, ni en foto aparecen.
Actualizandose un poco más , se acuerdan del café con leche, más su pan con mantequilla o su leche con cocoa, o el pan con chicharrón...esto si hay, pero te recomiendan, suave, poquito, tienes que cuidarte del colesterol, de los triglicéridos, cuidado con la azúcar, la sal, grasas, aceites etc...la diabetes, el corazón, al cáncer, el colon, etc....dicen que al cáncer le encanta el dulce pero nunca le da diabetes, quien como él.
Por eso volver es una necesidad, degustarlo en el mismo sitio es la verdadera realidad, retomar tus pasos, tus tiempos hasta la infancia, no tiene comparación, ni precio alguno...por ejm. con tus hermanos, como con Rosa, cuando te prepara las aceitunas negras igual que Papá, te sirve el cafecito con  el mismo Cariño, ir donde cualquiera de éllos, el mismo Afecto y el Sabor criollo como en casa de Coco...por todo esto, se que mis Padres lo sabían y  me regalaron un un montón de Hermanos y Sobrinos que siguen la tradición...de ser Atentos y con Afecto, que nunca falte la taza de cafecito con cualquiera de los sanguchitos y sus respectivos complementos...asu que rico, sabrocito...como debe ser de acuerdo al Reglamento y las  Buenas Costumbres de nuestra Familia y Nuestra Tierra..    
  
 

1 comentario:

  1. Eran otros tiempos, los productos llegaban de la chacra a la olla,del mar al plato, todo fresco, preparado en casa,solo existían mercados o paraditas, ni en sueños supermercados y menos refrigerados, envasados o procesados en bolsas o enlatados, por eso queda la sana costumbre de todo fresco y preparado en casa, con el toque del sabor original de cada familia.

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