Me disponía probar un nuevo café, de los actuales de los que nuestros viejos decían que no servían para nada, porque eso no era café...los solubles, los modernos... y sentí un sabor interesante, me trasladó al pasado y viajé por el túnel del tiempo varias décadas atrás...sin darme cuenta sumergí lenta e inconscientemente el pan en la taza...¿que me estaba sugiriendo la memoria del gusto en este momento?..la lógica pregunta...luego me vi caminando por las calles de tierra hacia la bodega más cercana del barrio, por calles enmarcadas a ambos lados por casas de noble construcción de adobe, techos elaborados de cañas y esteras sostenidas por vigas largas y encima su adecuada capa protectora hecha de una buena torta de barro mezclada con su parte bien proporcionada de su respectiva paja, no faltaba su endeble puerta de madera, porque era raro que alguien ingrese a robar, eran otros tiempos y había muy poco que llevarse, los chorizos funcionaban por otros lados, porque históricamente siempre están presentes como nos lo demuestran los culebrones que la tv pasa a diario...desde luego niño aun ...ingresé al negocio y pedí...Don Pánfilo me da 50(céntimos o centavos como quisieras llamarle), de cacao...te entregaban un inmenso paquete envuelto en papel periódico de esos de doble página, los más grandes que había, con ello uno retornaba contento, cuidando que no se le desarmara la perfecta envoltura y tampoco se desparramara la valiosa y agradable mercadería...llagando a casa, dabas fuego a tu cocina de carbón, de leña o de kerosene, sino tu primus a keroseno como decían otros, esto ya era tecnología más avanzada...cogías la olla más grande...esas las de antes, inmensas...la llenabas a tope con su respectiva líquido transparente, cogido del grifo de la esquina o del pilón como se le llamaba...almacenado ya sea en tu bidón, cilindro o balde, agregabas uno o dos puñados de la crujiente materia prima y a hervir se ha dicho...tenías para desayuno, lonche, refresco, acompañar la comida y aun más, porque en la mañana era amargo intenso imitando al cafe, luego más suave para refrescarte, es decir llegaba a la mitad, volvías a llenar la olla de agua y aun así conservaba algo de su sabor, pero más suave por lógica...para afinarlo a tu gusto le podías agregar más líquido incoloro e insípido, para así suavizar el sabor y ajustarlo al punto exacto de tu paladar, unas cucharaditas de azúcar y ya esta...pero que rico, bonito y sabroso como decía aquel el famoso mambo.. tomabas el cucharon, tu pocillo de porcelana o de aluminio a ras y a beber, a saborear, con pan o sin el...uf!... pero que agradable...el fuerte amargo, frente al contraste de la dulzura del néctar de la caña, es decir el azúcar ya sea blanca o rubia, morena le llaman por otros lados...y ya no ya familia...la materia prima de la infusión era la cascara del cacao, es decir la cascara del café, que tostada tomaba un color fuerte, intenso y oscuro, lo mismo era en el sentir de su aroma y sabor...como ven todo retornó como una visión con el soluble de ahora...pero también regresó la imagen del pan de afrecho, lo que en algún momento se quedó en llamar pan de pobre, curiosamente previo a esto, el citado afrecho se utilizaba en nuestra zona para alimentar a las aves, recordar que en las casas antiguas no faltaba un corral al fondo de la misma...ante una fuerte escasez de harina de trigo, por motivos que solo lo sabían los genios de la política y de la economía como hasta ahora...no recuerdo como es que surgió por allí un genio de la innovación, creatividad, emprendimiento y desarrollo tecnológico, al mismo que se le ocurrió que se podía palear esa situación con un nuevo pan a mitad de precio del conocido de consumo diario, otro al alcance de las grandes masas populares...para matizar un poco...igual, llegabas a la tienda y pedías tus 20 (centavos) de afrecho y con tu paquetazo al hombro, llevabas alimento abundante para los patos, pollos etc. etc....estoy hablando de los años cincuentaitantos para mejor ubicación...este pan más barato, quedaba oscuro al salir del horno con un color casi marrón por fuera y marrón claro por dentro, haciendo evidente la presencia de la fibra del afrecho por todos lados, tenía que haber una pequeña proporción de harina para que le diera cuerpo y adquiriera la forma cercana a la de nuestro famoso pan francés, está claro en absoluto era parecido en su sabor, pero para colmar el hambre y calmar la pobreza, era valioso y muy bueno...al ser más duro, parecía no tenía ni levadura, la forma más práctica de comerlo era remojandolo, así fusionabas su sabor con el del cacao, repito y para que esto quede claro de lejos y muy pero muy lejos, absolutamente se parecía al tradicional, reconocido y recordado pan francés de la época, ya sea por presentación, color, suavidad, textura, es decir algo de lo mismo que muchos panes actuales, nada que ver con los de esos tiempos...Para no marearlos más y para que saboreen con más gusto, ya en los años 50 nosotros los peruanos consumíamos productos integrales, mucha fibra, muchas vitaminas, combinación de sabores y recontra baratos, la mitad y hasta a veces menos, porque apareció otro que parecía afrecho puro...ahora dicen los que dicen son sus descubridores, cuestan más los integrales por su años de investigación, ensayos, descubrimiento y elaboración para adaptarlos científicamente para el consumo humano...familia, amigos les están vendiendo afrecho en harinas, galletas, fideos etc. etc. y que es el afrecho...el famosos salvado de ahora...cascara triturada... https://es.wikipedia.org/wiki/Afrecho.
