domingo, 18 de julio de 2021

Vino al debate..P

Sin duda eran tiempos de otros vientos, otras miradas, otras naturalezas, el caso sucedía en torno a la parroquia de la caleta, específicamente trataba el tema sobre el comportamiento de los acólitos, que estaba integrado por niños de diferentes edades cuyo tope máximo en esos tiempos era de catorce años, chicos de distintas razas y de diversos estratos sociales, provenientes de los barrios del entorno y cada uno con sus características propias, además de comportamientos particulares, como también de niveles educativos y lenguajes peculiares, normal como en todas partes era que los de mayor edad tuvieran cierto liderazgo por su experiencia y más conocimientos de lo que en si era la labor del acolitado o del monaguillo, como es natural también entre los de la misma edad promedio alguno deseaba imponerse también como líder, en general había un respeto natural tal como era lo normal en esa época..

Previo a todo esto se recibía una preparación que consistía en el aprendizaje de una serie de lecciones, unas oraciones y respuestas en latín, luego de superada esta prueba, venían los ensayos para los nuevos ingresantes, después de terminada la formación, venían los consejos y recomendaciones del sacerdote a cargo del control de quienes a futuro ayudarían en la labor del celebrante de las misas que se convocaban de Lunes a Domingo en este conocido templo del catolicismo, como se sabe se exigía mucho respeto y cuidado a todo lo que conformaba el recinto sagrado, a sus sacerdotes, a los de servicios(cocina, limpieza, empleados, etc.), a sus fieles y entre los mismos acólitos, para que el resto de niños de la comunidad los vean como ejemplo positivo de lo que era formar parte de este equipo. 

Una recomendación curiosa era que se debía tener cuidado con el vino, pues por experiencia como en otras muchas parroquias, este solía disminuir o desaparecerse misteriosamente, lo que a todos lo novatos sorprendía y les llamaba mucho la atención, pues desde el catecismo ya les enseñaban que era de un tipo muy exclusivo para la ceremonia, que era elaborado a base de uvas especiales, además que era muy escaso y esto porsupuesto lo hacía muy costoso, cuestión aparte de que lo conservaban en un lugar muy reservado, seguro y bajo llave, pero que algunos intrusos siempre se las ingeniaban para descubrirlo y no paraban hasta sacar provecho de el, de todas maneras los curas y demás servidores de la parroquia siempre estaban atentos y vigilantes ante cualquier movimiento sospechoso.

Cierto día empezaron a preguntar si habían visto algo, porque el liquido ceremonial parecía se estaba evaporando, respondían que no y que tampoco sospechaban algo.

Cuestión aparte entre los menores... uno de ellos comentó, se han dado cuenta que el que hace la limpieza cuando venimos en la mañana se pone muy estricto, se pone gruñón, serio, exigente, gritón y cuando nos toca turno de tarde o noche sonríe y le hace bromas a todo el mundo... al debate puede que si o puede que no... otro agregó, lo que pasa es que algunos les caemos bien y otros no... otro remató, si no hemos visto nada, nada podemos decir. 


 

Caña Dulce..

 

Cierto día sintió un espasmo en el abdomen, los órganos de la zona le gritaban en coro, hermano no bebas más nos estás matando.

El beodo dijo a sus colegas, el trago está buenísimo me acaba de patear el hígado, hip!, esto pasa cuando se toma de golpe, toscamente, bruscamente y cuando el licor además está en su exacto punto de fortaleza, hip!, hay que tomarlo con delicadeza, hip!, en pocas palabras hay que saberlo tratar como se merece.

Por esto y muchas cosas más, hip!, el siguiente trago lo beberé a pequeños sorbos, hip!, así, uno por uno, a ritmo lento, muy lento, hip!, lo saborearé dulcemente, para que llegue a su destino poquito a poquito, hip!,  suave suavecito, hip!, pasito a pasito, hip!, despacitoooo...azucaaaa. 

sábado, 17 de julio de 2021

El último brindis..

Decía a los presentes, esta es la última copa que bebo, se reía y agregaba, porque estoy seguro que mañana me lleva el diablo y que mejor que me encuentre sazonado, alegre y feliz, luego de haber disfrutado de lo que más me gusta, beber, beber y beber, ja ja ja, hasta mañana queridos bebedores.

Cierto día se le apareció el diablo y le dijo, no me llevo a los seres terrenales cuando están bebidos, espero el tiempo necesario para que su organismo elimine todos los residuos de alcohol, le dio la mano y educadamente don sata se despidió.

Una mañana no se levantó, sus familiares lo llevaron urgente al hospital, después de unos días inconsciente, vino el diablo y tomándolo delicadamente de la mano...se lo llevó.

jueves, 15 de julio de 2021

El tiempo...

Vivía en un cuarto de esos restos de casonas antiguas, aquellas que continúan luchando aún para tratar mantenerse en pie, como las que existen en cualquier parte del mundo, esas construcciones de adobe que se van cayendo de a poco, esas que una estera, maderas viejas, chapa de aluminio, cubren parte de una pared caída, una puerta que se apoyaba en el piso para no caerse y que tenía como seguro un trozo de alambre o un tramo de cuerda, frente a ella como un pequeño patio de piso de tierra, más allá un pasadizo con otros cuartos hechos con los mismos materiales, lógicamente con su techo de barro y esteras, habitado por otros vecinos, cuyas carencias en parte eran de similares características de nuestro personaje.

A determinada hora sacaba al patio cuatro ladrillos, unas leñas resecas que recogía por donde caminara, una  olla de aluminio completamente negra por el humo, super maltratada, sin asas, colocaba restos de unos periódicos viejos, encendía el fuego, sentaba la olla sobre la cocina rustica, le agregaba agua, luego se marchaba para ver que  podía preparar a su retorno con los manjares que conseguiría, mientras el liquido elemento tomaba punto para empezar su clásica danza de las burbujas y recibir al momento exacto los productos para el menú correspondiente.  

En un principio era un escandalo para los vecinos del callejón, porque dependiendo del viento y de la calidad del material utilizado  para la combustión, pues no solo era la nube negra sino los desagradables olores que también propagaba, se peleó con todos, porque era bochinchero y a punta de labio, porque también era labión, superaba los conflictos, así pues poco a poco la gente se fue acostumbrando a ver arder la cocina pública y más bien paso a ser un espectáculo, todos pendientes para observar que preparaba este chef de imaginación de última generación, muchos expectantes para ver detalles desde sus inicios y entorno a ello empezar a hacer comentarios, chismes y bromas, de lo mucho, poco o nada que podía colmar el recipiente y también el hambre de nuestro personaje, un tipo alto, robusto y bonachón.  

Se dirigía a una paradita(mercadillo) muy cerca de allí y pedía que le regalaran los vegetales a punto de vencerse o algo maltratados, le bastaba sacar la parte mala, igual iba por la zona de los pollos, pescados, donde de vez en cuando algo conseguía, como menudencias que la gente no llevaba, etc con el muy  poco dinero que tenía compraba mínima cantidad de fideos, arroz o algún condimento para sazonar el potaje, como era el comentario general sabía rebuscarse el pan bendito o el alimento para el sustento en su día a día, desde luego de las burlas, los comentarios negativos y las bromas pasaba, el no se molestaba, no le pedía nada al vecindario, menos a los criticones, muchas veces algunos le regalaban algo que les sobrara o se ganaba unas monedas haciendo determinados mandados.

Bueno hasta aquí todo parece ubicarse normalmente en algún lugar de nuestro querido, maltratado y empobrecido planeta, pero el detalle estaba en como debía movilizarse para retornar con sus productos y coincidir exactamente para llegar y que el agua no se evaporara en un hervidero inútil, el grupo de los graciosos incluso pasaban cerca para ver en que estado se encontraba el liquido elemento, la broma era verlo fallar para hacer una sarta de comentarios para que el grupo se riera a lo largo de todo día y se multiplicaran al resto de interesados de las noticias del barrio, incluso algunos calculaban con el reloj en la mano, si llegaba puntualmente o no, se secara la olla o si se quemara lo que había dejado en proceso de preparación.

En cierta oportunidad se acercó a los jovenes más serios del grupo y les  dijo, yo se quienes son los que están esperando que falle para burlarse de mi persona, pero lo que no saben es que todo lo tengo fríamente calculado, todo está en la mente, yo no uso reloj, calculo mis pasos, la velocidad con que me movilizo, las distancias que tengo que recorrer, los minutos de hervido y de cocción, cuanto tarda la leña en consumirse de acuerdo a su material y tamaño para no gastar fuego en vano, ya tengo mis años, se que mi condición para muchos no es digna de admiración, pero aún así quiero darles una lección a todos esos jovenes, deseo que cada uno entienda la importancia del tiempo, que sus acciones por más simples que sean necesitan de el y deben sacarle el máximo provecho, no derrocharlo inútilmente en acciones que no les brinden ningún beneficio o peor aún que después tengan que lamentarse.