martes, 9 de julio de 2013

Tolerancias..E

Como en todo lugar de trabajo y en todo lugar por donde transitas, existe una persona que con sus ocurrencias trata de hacer reír a los que están en su entorno, pues es raro que uno se sienta gracioso si no lo comparte o si no es aceptada esta original manera de ser, para ello hace uso de una de las tantas cualidades que posee y la demuestra, es decir tenemos tantas y algunas las sacamos a relucir; pues es el caso de un colega de trabajo que se hacía el gracioso interpretando el papel de marica, sin ofender a nadie y en broma, de tal manera que sin interferir mucho tiempo y sacando de la rutina a la gente, se acercaba y decía cosas como: me gustas mucho, estoy enamorado de ti, me quiero casar contigo y otras tantas que a uds. se les pueda ocurrir, incluso si te veía descuidado de sorpresa hacia el intento de darte un beso, a veces avisaba y manifestaba, mira voy a joder a fulano, en fin, le facilitaba la rutina el hecho de que su labor fuera la de abastecer materiales, así que estaba en contacto con todos los grupos, como es natural y en este renglón la mayoría eramos inmigrantes. A la sazón había un moreno alto, bien respetuosos, muy trabajador, callado, pero cuando lo saludabas esbozaba una gran sonrisa, no se metía con nadie, a trabajar y trabajar, durante exactas horas y orientado en cierta dirección se arrodillaba, hacías sus oraciones y sus reverencias, lo cual no es raro ver por aquí, incluso algunos se lavan la cara, manos, pies y hasta la boca antes de hacer sus rezos, bueno a esta persona, por ser educada, se merecía también nuestro respeto. Pero un día el bromista lo eligió y dijo voy a enamorar a fulano, se acercó, intentó darle un beso y fue rechazado, le dijo estoy enamorado de ti, el moreno que era más alto lo cogió del cuello,  y con voz fuerte le dijo: estas cosas no las hagas conmigo, en mi país a las personas que son como tu las matan. El gracioso con todo el susto en el cuerpo y los ojos desorbitados, le respondió: vale , vale era solo una broma, ya se que no lo debo hacer más  contigo y lo soltó. Está demás decir que todos nos reímos porque la broma se la llevó él, se acercó al grupo y comentó: Macho que fuerte, vaya susto que me ha pegado, ni más lo vuelvo a molestar. Pasaron unos días que no dejábamos de reír recordando el incidente, otros preguntaban como había sido, el humorista se calmó un tiempo, hasta que se le pasó el susto y nuevamente volvió a su rutina pero haciéndolo con los ya conocidos o entendían el juego, otra forma de expresar su inquietud era decir: te voy a cantar una canción y lo hacía a su manera, o llegaba narrando un partido de fútbol y goooool. El comentario conocido era: este tío cada vez está más loco, vale aclarar que hacía bien su trabajo, era su carácter, su manera de ser. Bueno esto es normal, siempre hay alguien especial que pone el punto de alegría donde hay personas reunidas y es natural que sea el iniciador de tantas anécdotas que nos pintan una sonrisa, cada vez que las evocamos. Y está claro, muchas veces como dice el refrán el tiro nos sale por la culata. En este caso una reacción seria, pues también nos llevó a la risa, porque simplemente había un graciosos de por medio.