En lo más alto de la cima del cerro empezaron a aparecer unas pequeñas luces en las noches más oscuras de la ciudad, se podrían apreciar desde cualquier espacio, solo era necesario elevar la vista, todo esto se debía a que las casas en su mayoría eran de un solo piso y algunas pocas se elevaban algo más de los dos pisos de altura.
Así se iban sumando de una a una en su encendido, igual a la misma hora de cada oscura noche unas tras otra se iban apagando, hasta que el cerro de pronto se hacía prácticamente invisible, ante el novedoso espectáculo, los niños preguntaban a sus madres:
- ¿Mamá de donde vienen esas luces?
- De gentes nuevas que llegan a la ciudad.
En lo más alto, poco a poco, se fueron extendiendo en forma horizontal, eran habitaciones levantadas con esteras o hechas de algún material reciclable, restos de madera, planchas se zinc, cartones, plásticos etc.
Cubierta la cima de luces se inició una segunda fila, luego se fue sumando la segunda fila, luego se sumó una tercera, cuarta, quinta, etc, descendiendo en forma vertical con dirección hacia la falda del cerro.
Como en los paseos por la calle principal y más comercial de la ciudad, ya se exhibían los primeros nacimientos o belenes iluminados con pequeños focos eléctricos.
Los niños preguntaban:
- ¿Mamá eso que se ve desde lo alto del cerro es un nacimiento gigante?
- No hijo, es el nacimiento de una nueva civilización.
