viernes, 2 de junio de 2023

Culebra..P

Es sabido que uno de los mejores acontecimientos que les ha permitido disfrutar a muchas generaciones de su deporte favorito y desde muy pequeños, se ha debido a la cantidad de espacios libres que habían para montar un campo de futbol, colocando el conocido par piedras como arco o portería, utilizar un balón de reglamento o algo con características similares y así poder disfrutar de horas de esparcimiento saludable, siendo todo libre pues se podía alternar con chicos de tu edad o con los de generaciones anteriores a la tuya, cuando les faltaba uno o más jugadores para completar un equipo o porque siendo aún menor destacabas por tus habilidades y podías alternar con éllos tranquilamente, se da el caso que mi padre solía llevarme desde pequeño cuando se convocaban en el barrio para disputar un partido entre amigos, tendría unos seís años de edad y la expectativa era esperar para ver que genialidad hacía en cualquier momento Culebra, vecino nuestro que vívia en la primera planta de la vieja casona barrioaltina, su nombre de pila no me acuerfo, su apellido nunca lo escuché, pero todos lo conocían más por su apelativo, era bien delgado, de poca talla, blanco, de pelo negro lacio, de todo se reía socarronamente por tanto siempre estaba mostrando su dentadura y sus ojos achinados de alegría

Se ganó el apodo porque poseía una cintura elástica, tenía salida por los dos lados haciendo uso de un quiebre muy largo, en realidad parecía una culebra cuando enfrentaba a su marcador, amagaba que se iba para un lado y salía por el otro pero llevando el balón al extremo hasta donde lo podía controlar, volvía a hacer el quiebre y ya tenía medio cuerpo fuera y por delante del marcaje del rival, con el balón controlado y gracias a su veloz pique superaba al oponente, lo mismo hacía con el siguiente jugador que se le ponía al frente, si recibía el balón con el encargado de su control muy pegado a él, daba la espalda y con un doble movimiento de cuerpo salía por donde el que estaba a su lado no se lo imaginaba, en realidad era un espectáculo, muy pequeño dejé el barrio, pero nunca escuché que pudiera haber llegado a un equipo de destacado nivel, ni que fue de su historia más adelante y las pocas veces que fui de visita no lo vi, ni pude conversar con él.

Te sentaban a un lado del campo y te daban un balón pequeño para que te entretuvieras y si no te decían mira para que aprendas, así te grababas mentalmente todo lo que podías asimilar de las características de cada uno de los jugadores que se encontraban en el campo de juego. Mi tío el tigre me decía observa con atención lo que hace culebra y aprenderás un montón. Que podía teber este joven amigo del barrio que destacaba sobre todos los demás, dominaba el balón con la cabeza y con la redonda dando pequeños botes sobre su testa empezaba a correr, pero aquí si que demostraba su fabulosa cintura de reptil, estando frente al oponente sin que la pelota cayera al piso lo burlaba, imposible quitarsela, la única manera era empujarlo, derribarlo, agarrarlo, pero sin cometer falta no lo paraba nadie, lo ví correr por toda la banda sin que el balón se le cayera, jugaba en la punta derecha, además podía hasta sacar medio cuerpo de la marca de reglamento, pero el balón y su cabeza estaban dentro de la línea de juego, terminada la jugada se mataba de risa y todos lo hacían con él, terminado el partido le daban la mano, lo abrazaban, sonrería a todos, hasta el rival con una sonrisa venía a congraciarse con él, ya se sabe que entre amigos todos es sonrisas y disfrute de la vida

Otro amigo de esos tiempos y que destacaba con su técnica de quiebre corto y de pases precisos era el Angelito, este vivía en lo que llamaban el otro callejon, era bajo de esstatura, tes blanca, pelo hirsuto, poseía un amague corto y rápido, en una fracción de segundo el rival ya estaba confundido, salía libre luego con un movimiento suave un pequeño giro y el esférico salía con inteligencia por donde menos uno se lo imagianaba y desde luego esto causaba sorpresa dentro del campo y también desde los que observaban al entorno del mismo, tenía un hermano que le decían el Gringo, que también jugaba pero que era más de marca fuerte y que se molestaba si lo burlaban con una buena jugada, luego buscaba una justificación para demostrar que había hecho bien la marca y la gente lo forzaba al debate para hacer bufonadas para demostrar como lo habían dejado mal parado.

En cierta oportunidad y después de varios años nos visitó un primo, hijo mator del hermano que le seguía en edad a mi padre, quien nos trajo la noticia de que Pirincho, este si era de nuestra edad promedio, estaba  jugando como profesional, este chico del barrio era alto y delgado, también jugaba en el medio campo, especificamente lo hizo en el Sporting Cristal y otros equipos más, le dije que no lo sabía y me dijo su nombre, de pequeño nunca lo supe, porque para nosotros simplemente era Pirincho y efectivamente al ver la foto en los diarios comprobamos que efectivamente era él

Bajo mi punto de vista en el futbol de nuestra tierra hay jugadores fabulosos que nunca han llegado a jugar más allá del barrio o en las ligas de su distrito, por mi mente pasan una buena cantidad con condiciones innatas y espectaculares para triunfar, pero por circunstancias de la vida no llegaron más allá. Sin duda en lo personal aunque hay para todos los gustos y a pesar de que era muy pequeño, quien más me impresionó y creo a la mayoría de los que lo vimos jugar era Culebra, quiebre largo para ambos lados, buen control con los dos pies, muy vivaz y veloz, pique corto, gran dominio del balón con la cabeza, lo importante es reflexionar de como siendo tan buenos, faltó algo que no los hiciera llegar más lejos, recalcando sin  duda que  se divirtieron y disfrutaron del llamado deporte de los pobres, que nos asombraron, que nos iluminaron los ojos con sus genialidades y por eso debemos darle un merecido reconocimiento y ser agradecidos por regalarnos su original arte, técnica y estilo.