Era un tipo bien puesto
el don Juan de la calle
sus aventuras a oscuras
las contaba con soltura
Jactándose de su virtud
como así lo mencionaba
haber nacido con dotes
de galán y conquistador
Carecía de limitaciones
si solteras, bien casadas
sea viuda o divorciada
igual lo mismo le daba
Una vez le comentaron
allí te andan buscando
y prosiguió engañando
igual nada le importaba
Uno de esos tantos días
amaneció bien apaleado
lo habían descubierto
quedó medio en agonía
Un tanto asustado decía
no vio de donde venían
fuertes bates de beisboll
que tanto lo remecían
Ya nada mencionaba
de esa su vida pasada
con su bastón oscuro
medio torcido miraba
Se refugió en el ron
que sedaba su dolor
jamás volvió a hablar
del gran conquistador.
Es que a veces no son los golpes físicos sino las respuestas heridas que quedan en el alma y así transitan por las esquinas de sus vidas con las miradas perdidas.
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