lunes, 9 de abril de 2018

Tiburcio...

Por las mañanas se colocaba en una esquina con su canasta vendiendo frutas en los alrededores del mercadillo, en las tardes repartía el trigo horneado por los vecindarios, para ello le alquilaba el triciclo a un paisano que había dejado de vender pan por los barrios, dado que había ingresado a laborar por las tardes en una fábrica textil de los Surquillos de antes... en la esquina de la avenida principal había un kiosko de lustrabotas que era propiedad de un señor mayor venido como muchos de una provincia a la capital, este piensa y dice, como ya estoy viejo y cansado lo alquilaré por las tardes pero a una persona que merezca mi confianza, para que me cuide bien el puesto, pero que también haciendo un buen y responsable servicio se gane alguito...Es evidente que nuestro personaje hacía todo lo posible por ganarse la vida, así llegaba con el vehículo rodado y dando toques de bocina, anunciaba el sabrosos, noble y popular alimento por los vecindarios, se desplazaba también hasta la zona más acomodada de la ciudad, con el indispensable acompañante de toda mesa que se sabe respetar, así conoce a una chica venida también del interior del país y que trabaja en una de esas casas como interna (empleada del hogar, natacha, chacha o como quieran llamarla), a quien le entregaba el básico alimento para sus patrones y lógico compartían con élla a diario...Se van conociendo de a poco, se enamoran, luego también poco a poco van progresando y que por lógica está demás contar lo que continúa porque es evidente...llegada la presencia de la oscuridad nuestro actor principal regresaba, se ubicaba estratégicamente en las inmediaciones del domicilio donde prestaba servicios la amada, aparcaba junto a un árbol que le restaba visibilidad, dejaba la tapa abierta del cajón(donde cargaba el pan), este llegaba repleto a tope hasta que quedaba vacío, de un momento a otro aparecía Julieta, disimuladamente observaba alrededor, rapidamente trepaba  y se metía en la caja del medio de transporte comercial, Romeo cerraba la tapa, echaba un vistazo a 360 grados e iniciaba una tranquila y serena retirada...los chicos del barrio de alta alcurnia se empezaron a dar cuenta de que algo sucedía y empiezan a analizar sospechas, así que deciden seguir para ver cual era el paradero final del carruaje amoroso, se dan cuenta que era lejos de su zona de condominio y más allá de donde estaban autorizados a llegar, porque por donde vivían había alumbrado público, más alla todas las calles eran oscuras, así que se contactan con un rapaz del barrio que continuaba, organizan una comisión investigadora mixta con congresistas de ambas bancadas, previo debate se ponen de acuerdo para seguirlos, vieron que tomaban por la carretera que llegaba hasta el ingreso del tunel a la Herradura, volteando por la calle Castilla, al lado estaba lo que era la antes Cancha de los Muertos, un campo de tierra libre y plano, nada a sus alrededores solo las faldas del cerro, el rodado lo ubicaban por esa zona porque por allí de noche no pasaba nadie solo, ya que el lugar había sido Cementerio y campo de batalla durante la guerra con Chile, la gente comentaba que por allí los gnomos, los espectros, los espiritus y los fantasmas se paseaban cuando se ponía azul el cielo...Chorrillos de antaño colegas...ahora no entra ni una aguja por sus inmediaciones, todo está exageradamente poblado...Genoveva de Bramante(no tocuyo) salía de su envase y plena de amor caía en los brazos de Johan Tenorio, para la moral de esos tiempos esto era más que un delito, a oscuras y en un sitio despoblado...los bambinos se ponen de acuerdo para seguirlos la noche siguiente, pero ya pertrechados con material de ataque masivo, porque los rumores(chismes) sigilosamente se hacían más intensos en el vecindario deduciendose actitudes licenciosas...los esperaron escondidos cerca al campo de batalla, apenas levanta la tapa, se inicia un ataque feroz a pedrada limpia, lanzandoles conjuntamente toda clase de improperios, gritos e insultos por su bajeza...Sofía Lorenza salta y empredende veloz retirada, él también, cada uno enfiló hacia direcciones opuestas, élla partió hacia la luz y él buscando lo más oscuro, los jovenzuelos siguen a Juan Tenorio por seductor, este sabiendose en falta corre a toda velocidad hacia las penumbras, se les escabullo luego de larga persecución tratando de esquivar los proyectiles, cuando pudo alcanzar unos callejones de adobe y por allí se les confundió...los chavales regresaron al lugar de los hechos, ya no estaba la doncella, tampoco se divizaba en el horizonte su esbelta figura, así que la emprenden contra el triciclo, cuya cajuela era de una madera contraplacada muy delgada(triplay) y le dan a destrozar, la caja quedó más destrozada que edificio francés en la segunda guerra mundial, igual todas las partes de metal sufrieron las consecuencias, rayos rotos, tubos torcidos, ruedas safadas, etc. le dieron hasta que se cansaron, porque el carruaje era testigo y cómplice de ciertos sucesos indecentes, por tanto recibió toda la exasperada descarga de la furia de los justicieros vengadores de la ciudad, ya cuando creyeron que era suficiente cada uno se retiró a sus domicilios, llevandose la grata satisfacción moral de haber cumplido con el designio de los santos dioses de la justicia y la verdad, que es distinto a las comisiones de ética y moral de los congresos democráticos actuales...Liz Tailor llegó asustada, con magulladuras por la caída del salto libre al vacío, más los tropezones y rodadas en la desesperada huida, ingresó a su centro de labor nerviosa, alborotada y maltrecha, cuando la vieron ingresar dijo que la habían querido matar unos duendes...La jefa del hogar con inteligencia y muy fácil le hizo decir la verdad...así que había que buscar a Karlo Ponty, pues Sofy Lorenzeti ya estaba embarazada...también fue fácil ubicarlo y reconociendo los hechos, solo tenía que aceptar la realidad...porque en esos tiempos la policía era la policía y  no entraba en vainas...testigos habían por toneladas, ninguna opción a decir que no...En fin...A Richar Varton lo casaron en una ceremonia sencilla y lógico por lo civil, ya que si fallaba, al toque podía ir a canada(cárcel), ciertamente eran otros tiempos, otras normas, otras costumbres, otras leyes...Se hizo cargo de Marilin Monroi, se la llevó a su cuartito, sabiendo de que si se portaba mal zuácate! le aplicaban todo el reglamento y si lo hacía bien pues hasta había una promesa de que podían apoyarlo...a Arturo Miyer no solo le llegó el bombo preñado, sino tenía que pagar el triciclo arruinado, habló con su paisano y este le dió facilidades para hacerlo en cómodas cuotas...al señor mayor le contó su caso y este le alquiló el puesto de lustrabotas...Ruodolf Balentino muy temprano se hacía presente en el mercadillo, por la tarde lustraba zapatos, terminaba muy cansado, agotadísimo pero estaba feliz con Julia Roberta, nació Antoni Kuin, como era emprendedor logró conseguir un puesto en la Paradita(mercadillo), él era trabajador de los de antes, como élla también era buena chica los patrones la volvieron a admitir, todo el drama se volvió anecdótico, a él le informaron que le habían conseguido trabajo en una importante empresa textil, que era una de las que mejor pagaba por esos tiempos, se dedicó a acariciar y vivir de algodones, el puesto de frutas se lo dejó alquilado a otro venido con las mismas locas ilusiones de triunfar en la Capital...Como ven al final el amor siempre triunfa y en este caso nunca mejor dicho: el amor se paga con amor...Esta es una parte de la historia como la de tantos inmigrantes...Tiburcio...así le pusieron de apodo los chicos del barrio, como lo hacían con algunos otros que llegaban, todo por hacerse los graciosos o identificarlo con algún parecido, ...él se cansaba de decir que ese no era su nombre...a nadie le interesaba su explicación, para todos era Tiburcio porque así lo conocieron desde que llegó y así se quedo...Claramente él también podía justificarse diciendo que nunca lo agarraron a pedruscos, que eso le sucedió a un tal Tiburcio...que seguro siendo juzgado, dijo mirando fijamente, con la frente en alto y con voz potente...señores del jurado popular: " el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra", inmediatamente unos elfos se las lanzaron de todos los tamaños y por todas partes del cuerpo, así que no quedaba otra más que evadirse a toda prisa y como de lugar, en esos tiempos también era evidente que eran pocos los que tenían un reloj con cronómetro, sino hubieran comprobado que esa misma noche hubo una velada en la que se batió un récord mundial de velocidad a campo traviesa...Y que Tiburcio pudo haber sido proclamado y tal vez paseado en hombros por toda la ciudad...como un verdadero héroe nacional y haber recibido los laureles deportivos.

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