Anteriormente les había comentado que por estos lares la gente de mayor edad sale a darse un paseo todos los días, éllos mismos te dicen: "el doctor me ha dicho si no me muevo, se me paralizan hasta los huesos y me puedo morir, tengo que hacer algo de ejercicios y por eso salgo a caminar, a la vez que cambio de ambiente y se me vienen mejores ideas mirando la realidad", es así que se les ve acompañados de otra persona, solos con su bastón, con su andador que apoyan a cada paso, en sillas de ruedas normales o a batería, otros salen a caminar con un cochecito en el cual llevan su botella de oxígeno liquido y una sonda conectada a la nariz, etc., bueno es común verlos por diferentes sitios, dado que por acá hay muchos parques y plazas de todos los tamaños, muchos paseos, avenidas de aceras anchas, la mayoría tienen sus bancos, existe mucha seguridad, mucho respeto al peatón, también a las personas mayores, es así que avanzan lo que pueden y luego toman asiento para darse un breve descanso y luego reiniciar la marcha.
El caso es el de una señora mayor en Misa sentada en le última fila, extremo derecho, a la hora del darnos el saludo de la paz, se acerca hasta mi ubicación, estaba en la penúltima fila y en el extremo izquierdo, llega arrastrando un cochecito con su botella de oxígeno, con la sonda conectada, me da la mano y con una amplia sonrisa me dice el clásico: "la paz sea contigo", no me había percatado de su condición, porque como dije ingresé por el lado izquierdo, pero si percibí su presencia, porque por su voz interpretaba la fe que ponía a todo lo que respondía en ese diálogo que se intercambia entre el sacerdote y la participación del creyente presente en el acto ceremonial.
Lógicamente como a cualquiera esta situación a uno le sugiere algo y como corresponde, en un instante te pones en su lugar y te miras físicamente, te autobservas, te autoanalisas, te autocuestionas, no solo por tu aspecto exterior, sino en lo interior también, que llevas y tienes mil o más problemas, pero que esta señora con uno más fuerte, que significaba que en un coche pequeño transporta una pequeña botella de la cual depende su vida y miras la sonda, la ebullición de las burbujas, con solo sumar o agregar el peso de este problema a los tuyos estos se multiplicarían por millones o simplemente se reducirían a un simple cero, frente al caso de esta persona, como ante los de otros semejantes en igual situación u otras de mayor complejidad.
A la hora de las canciones las interpretaba con naturalidad y potente voz, los enfermos parecíamos los demás con voz tímida, bajita...pues como me sabía las canciones y estas resonaban en mi oído derecho, inmediatamente me contagió y me puse a cantar con voz alta para hacerle el coro y los presentes se animaran también, como que inconscientemente quería demostrar que mis achaques no eran nada ante tanto valor y digno ejemplo, pues se notaba que esta dama llevaba muchos años más de presencia en este hermoso, alegre y penoso valle de lagrimas.
Terminada la ceremonia salí con otras ideas, con otros pensamientos, con menos ganas de lamentarme, con menos ganas de quejarme, con deseos de cantarle a la vida, que hay más casos y cosas que se pueden superar, que tienes que disfrutar en todo instante y ante todas las circunstancias hasta que llegue la hora que para todos llega, en la que te ponen tu traje de madera...me llené de admiración, sentí menos dolores, me fui sonriente por haber llegado como he llegado a los años que tengo y como dicen los artistas de la vida...ante todas las circunstancias el espectáculo tiene que continuar... si no...simplemente cerrar el telón y nos vamos...cada uno sabe cual o cuales son sus propios problemas...para tratarlos...cada uno que coja bien su tema...saber solucionarlos o aprender de éllos, sin culpar a los demás o al destino...de nada vale ponerse a llorar o quejarse ante tanto fantasmas que no soluciona nada, porque no pueden con el peso de los lamentos de sus propias vidas.
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